El 30 de octubre de 1963 abrió sus puertas en su 45ª edición, el Salón del Automóvil de Turín, en ese entonces, uno de los mayores eventos automovilísticos del mundo. Aquel día, en el stand de Maserati, hacía su debut el Quattroporte. Por tanto, el 30 de octubre se celebró el 60 aniversario de esta berlina de lujo destinada a marcar los caminos de seis generaciones de conductores.
Un evento estuvo lleno de grandes hitos para la firma de Módena, que celebró una de las mayores expresiones de la producción del Tridente. Desde los saltos estilísticos hasta las innovaciones y los desarrollos técnicos (todas ellas características esenciales de un automóvil que ha atravesado con éxito dos siglos), Quattroporte encapsula en un solo automóvil un viaje a una de las partes más exclusivas del automovilismo. Durante mucho tiempo, la berlina deportiva de lujo ha representado a una sección transversal de la sociedad detrás del volante, además de ser un importante segmento del sector automoción.
Como tantos modelos icónicos que han sido un símbolo de su tiempo, desde su debut a principios de la década de 1960, el Quattroporte ha sido aclamado por muchos y ha inspirado a generaciones sucesivas. Un producto que ha sabido reinventarse sin miedo e ir más allá de los límites, fiel a la búsqueda de la excelencia en el diseño y las prestaciones, reflejo de una marca que, con más de un siglo de historia y más de 75,000 Quattroporte producidos, ha sabido crear un modelo que no deja de innovar mientras que se mantiene atemporal a lo largo de los años.
Gracias a la audacia que siempre forma parte de los grandes sueños, la primera generación del Quattroporte fue pionera, con su rugiente motor de 8 cilindros derivado de las carreras, realzado por un diseño dinámico pero elegante, y por supuesto sin olvidar el refinamiento de los interiores. A lo largo de los años, se fue posicionando en la mente de los clientes más exclusivos como una verdadera sala de estar en movimiento, una limusina con espíritu de carreras (la versión inicial podía alcanzar los 230 km/h), un automóvil majestuoso por sus acogedores espacios, su encanto regio y su perfecta representación de auto institucional. El Quattroporte, siempre estuvo acostumbrado a ser el centro de atención, desde que naciera para crear un prestigioso linaje de vehículos que todavía hoy sorprenden a su paso.
Es el custodio de las pasiones y talentos de todos los que han trabajado en el proyecto a lo largo de los años: Frua trazó la curvatura inicial, seguido por otros maestros del calibre de Bertone, Giugiaro, Gandini y Pininfarina, hasta el Maserati Centro Stile, hogar de la última y actual generación del Quattroporte. Mientras tanto, para toda una familia de ingenieros, mecánicos, pilotos de pruebas y diseñadores que lo llevan de los planos a la carretera, el Quattroporte ha sido y sigue siendo una de las joyas de la corona del Tridente y un hito importante en la vida todos lo que forman parte de la marca de Módena.
Queremos recordar la llegada de la primera generación como un rayo salido de la nada; en el caso de la segunda generación podría hablarse de un reto más audaz y quizás no tan memorable; el famoso Quattroporte III en manos de De Tomaso fue un éxito rotundo; pero también se le recuerda como un nuevo reto que se superó plenamente hacia finales de la intensa década de 1990; un modelo que rompió lazos con el pasado sin dejar de ser fiel a su fórmula ganadora como lo hizo la multipremiada generación de 2003; O como el que ha vuelto a subir al escenario en su versión más moderna tantos años después, tras todo el restyling, los avances en la ingeniería, los cambios en la estructura corporativa y los innumerables modelos producidos, la berlina por excelencia que ha conservado su potente enfoque de exclusividad, por encima de todo.
En los garajes de los automovilistas más exigentes, de reyes y príncipes, en escenas de películas memorables (habiendo participado en más de 60 producciones), fotografiado en alfombras rojas o acompañando a los funcionarios de más alto rango en solemnes eventos y a las personalidades más importantes de la industria, el Quattroporte fue un pilar del panorama automovilístico en el siglo XX y sigue siéndolo en el nuevo milenio. Sesenta años después y tras recorrer innumerables kilómetros, continúa su andadura como protagonista indiscutible de su tiempo.
“Quattroporte es la historia de Maserati. Un auto que cuenta nuestra historia y que nos ha representado de forma prestigiosa en el mundo de las berlinas, durante más de medio siglo. Desde 1963, ha sido la crónica de la evolución de uno de los modelos más queridos y apreciados, inaugurando un segmento que hasta entonces había sido un territorio inexplorado. Un vehículo que ha sabido reinventarse cada vez sin perder nunca su identidad, adaptándose al paso del tiempo, a los cambios de la sociedad, a los avances de la tecnología y la industria, y a las tendencias, se ha convertido en la elección de nuestra clientela más selecta, así como del mundo del entretenimiento y de las relaciones internacionales. Un motivo de orgullo para nosotros y un reconocimiento de ese carácter distintivamente italiano que Maserati siempre ha querido exportar a todo el mundo con sus creaciones. Ahora como antes, el Quattroporte sigue siendo nuestro buque insignia, sinónimo de un lujo único apreciado por su refinamiento y atención al detalle, rendimiento y calidad superiores, y amplitud envolvente, combinados con un toque estilístico atemporal que lo ha convertido en un automóvil eterno”, expresó Davide Grasso, CEO de Maserati.